Apreciados alumnos y exalumnos de la Facultad de Educación PUCP Colegas todos Esta es una muy grata oportunidad para expresarles un saludo especial en representación de la Facultad de Educación y presentarles el inicio de la Revista Digital Educación en Acción, cuyo propósito es ser un espacio para difundir y compartir nuestras reflexiones y opiniones sobre temas relevantes, tomar decisiones en los diferentes niveles educativos y aportar en la mejora de la calidad educativa de los distintos ámbitos de la educación. Los educadores egresados de esta facultad tenemos un gran compromiso y muchos deseos de responder a las expectativas de la sociedad actual y de atender las necesidades y demandas que nos plantea nuestro país. Muchos expertos como Bárbara Bruns y Javier Luque, del Banco Mundial (2014), señalan que los profesores de América Latina asumen algo en común: se los reconoce cada vez como actores clave para mejorar la calidad y los resultados educativos. |
Economistas reconocidos como Sen y Heckman han destacado el gran impacto económico de la calidad de los profesores en los últimos diez años, más aún en un mundo en que se están transformando los objetivos de los sistemas educativos, que dejan de lado la mera transmisión de datos y la memorización para centrar la atención en las competencias de los estudiantes: que desarrollen el pensamiento crítico, la capacidad para resolver problemas y la disposición para el aprendizaje permanente.
Desde hace más de una década, se ha puesto en evidencia la importancia de los resultados educativos para el crecimiento económico, pero más aún se señala la relevancia de la calidad de los profesores en el desarrollo sostenible. Los estudios de Barnett (1996), Barnett y Masse (2007), Karoly y otros (1998) y Temple y Reynolds (2007) revelan que invertir en la primera infancia reditúa en mejoras en las facultades cognitivas y socioemocionales, el progreso escolar, la salud mental, el índice de criminalidad y ganancias en la edad adulta (Kochen, 2013, pp. 5 y 6). Estos investigadores consideran que es necesario garantizar la calidad como componente esencial de las inversiones en programas públicos dirigidos a esta población (Barnett, 2008 citado por Kochen, 2013).
Si los alumnos tienen buenos profesores, alcanzan logros en el año académico; y si los educadores son excelentes, los puntajes se elevan aún más. Ningún otro atributo de las escuelas genera un impacto semejante en los logros educativos.
Por ello, surge la campaña para reclutar a los mejores maestros. Desde este año, el Ministerio de Educación ha puesto en vigencia la Beca Vocación de Maestro para que aquellos alumnos con rendimiento alto puedan seguir la carrera de Educación. Así: solo los mejores serán maestros.
En educación asumimos una ardua tarea con diferentes ópticas y enfoques, pero hay una realidad que destaca sobre todas los demás: se trata de abordar la formación desde las prácticas educativas que nos rodean en vez de abordarlas desde un modelo que hoy ya no tiene sentido. Centrarse en los procesos que posibiliten una participación no solo en el aula, sino también fuera de ella. Tenemos que pasar de transmisores de contenidos a arquitectos de experiencias con la posibilidad de redescubrirnos como productores de conocimiento, entendiendo las asignaturas como marcos de acción social donde lo importante es la escucha activa.
Como afirma María Acaso:
Desde hace más de una década, se ha puesto en evidencia la importancia de los resultados educativos para el crecimiento económico, pero más aún se señala la relevancia de la calidad de los profesores en el desarrollo sostenible. Los estudios de Barnett (1996), Barnett y Masse (2007), Karoly y otros (1998) y Temple y Reynolds (2007) revelan que invertir en la primera infancia reditúa en mejoras en las facultades cognitivas y socioemocionales, el progreso escolar, la salud mental, el índice de criminalidad y ganancias en la edad adulta (Kochen, 2013, pp. 5 y 6). Estos investigadores consideran que es necesario garantizar la calidad como componente esencial de las inversiones en programas públicos dirigidos a esta población (Barnett, 2008 citado por Kochen, 2013).
Si los alumnos tienen buenos profesores, alcanzan logros en el año académico; y si los educadores son excelentes, los puntajes se elevan aún más. Ningún otro atributo de las escuelas genera un impacto semejante en los logros educativos.
Por ello, surge la campaña para reclutar a los mejores maestros. Desde este año, el Ministerio de Educación ha puesto en vigencia la Beca Vocación de Maestro para que aquellos alumnos con rendimiento alto puedan seguir la carrera de Educación. Así: solo los mejores serán maestros.
En educación asumimos una ardua tarea con diferentes ópticas y enfoques, pero hay una realidad que destaca sobre todas los demás: se trata de abordar la formación desde las prácticas educativas que nos rodean en vez de abordarlas desde un modelo que hoy ya no tiene sentido. Centrarse en los procesos que posibiliten una participación no solo en el aula, sino también fuera de ella. Tenemos que pasar de transmisores de contenidos a arquitectos de experiencias con la posibilidad de redescubrirnos como productores de conocimiento, entendiendo las asignaturas como marcos de acción social donde lo importante es la escucha activa.
Como afirma María Acaso:
Necesitamos profesores valientes que se atrevan a dar el salto, agentes de cambio que decidan NO poner en marcha cursos vacíos que solo persiguen la certificación, sino acciones transformadoras que den tanta importancia al contenido como al formato, y empoderen a los futuros profesores. Asimismo, tenemos que recuperar el placer de aprender, que desaparezca el estrés y se evidencie que aprender es un proceso y la consecuencia directa de nuestras acciones. Tenemos que generar una comunidad de aprendizaje en la que todo el mundo aprende de todo el mundo. Implica cambiar la evaluación para pensar en una educación en la que el centro sea el aprendizaje y no las mediciones y las comparaciones del desempeño (Acaso, 2014, p.17).
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Solo conviene recordar lo que asevera Gerber (2012):
La educación en esencia está basada en las relaciones humanas, no se trata de nuevas ideas, ni nuevas estrategias, se trata de tener clara la visión que nos guía. No se trata de compararnos, ni de mirar los ránking o lo que otros hacen, sino que se trata de mirarnos a nosotros mismos, cómo trabajamos y qué aprendemos, qué mejoramos y saber compartir lo que logramos.
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Con estas ideas, los invito a seguir dialogando y construyendo una mejor educación para una mejor sociedad para todos.
Carmen Rosa Coloma Manrique
Decana
Decana