Las cuatro competencias matemáticas propuestas en el marco curricular han sido reestructuradas en base a la temática que estas suponen, además de las cuatro capacidades que las acompañan. Estas competencias van a desarrollarse a lo largo de toda la educación básica regular, basándose principalmente en el enfoque centrado en la resolución de problemas. Ello supone que nosotros los docentes, tenemos que adaptar nuestro quehacer pedagógico, sobre todo, en la selección de estrategias para que estas se conviertan en un conjunto de acciones que le posibiliten al estudiante resolver diversas situaciones. Es decir, debemos visualizar lo siguiente: competencias, problemas, capacidades, estrategias y saberes. Según la RAE, en el avance de su vigésima tercera edición, la competencia es definida como: pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado. Entonces, eso es lo que deseamos desarrollar en los estudiantes peruanos al término de su EBR. Para esto, se debemos empezar por operacionalizar las competencias que se describen en la Resolución Ministerial 1999 – 2015 Minedu y que se refiere a las cuatro competencias matemáticas: |
Cada una de estas competencias tiene a su vez cuatro capacidades que buscan describir con mayor precisión aquellas “acciones” concretas que se espera, el estudiante ejecute. Es decir, todos los saberes que deben ponerse en evidencia cuando se enfrente a una situación problema.
Los aprendizajes matemáticos tienen un fuerte grado de jerarquización. Esto favorece la adecuada secuenciación de los respectivos contenidos. Sin embargo, en las aulas no todos los estudiantes aprenden el curso al mismo ritmo, es decir, cada uno autorregula la forma en que va aprendiendo y en esto influyen variables extraindividuales como, por ejemplo, el contexto y variables personales.
Los aprendizajes matemáticos tienen un fuerte grado de jerarquización. Esto favorece la adecuada secuenciación de los respectivos contenidos. Sin embargo, en las aulas no todos los estudiantes aprenden el curso al mismo ritmo, es decir, cada uno autorregula la forma en que va aprendiendo y en esto influyen variables extraindividuales como, por ejemplo, el contexto y variables personales.